NIEBLA INTERIOR

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Todos buscamos de una u otra manera que se disipe

martes, 18 de agosto de 2009

Pensamientos en una mañana tórrida, de tiempo denso

De "La Vanguardia"
Un gran tópico occidental
Muchos turistas viajan a India con el deseo de encontrarse a sí mismos
Laura Díaz-Roig Barcelona 18/08/2009 Actualizada a las 06:41h

India es un destino siempre pendiente. Ya sea por el misticismo que emana, por el simple placer de viajar o por el deseo de colaborar en misiones humanitarias, miles de personas de perfiles heterogéneos, la visitan cada año. Algunos, sobre todo familias o grupos de amigos, recurren a las agencias de viajes y buscan conocer a grandes rasgos el país.
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Siguen unas rutas muy concretas, viajando por el norte y visitando el triángulo de Delhi, JaipuryAgra. Muchos vuelven desesperanzados por haberse enfrentado a la extrema pobreza del país. Otros pretenden encontrar la espiritualidad que se vende desde Occidente, aunque muy pocos lo consiguen. Mujeres y hombres, alrededor de los 40, solos o en pequeños grupos, buscan hacer realidad el sueño de viajar a India para encontrarse a sí mismos. "El misticismo de India es un gran tópico occidental, imposible de encontrar en quince días", afirma David Hidalgo, de la agencia Apaseo. India es también destino de muchos viajes humanitarios, como los que ofrece la Fundación Vicente Ferrer a sus colaboradores y a todo el mundo que quiera conocer el trabajo que realiza la fundación en el país. "Con nosotros viene todo tipo de gente: parejas, amigos y familias incluso con niños". El turismo en India se ha incrementado de forma espectacular en los últimos años: en menos de una década se han duplicado las cifras de visitantes. Mientras que en el 2000 el país recibió poco más de 2 millones de turistas, en 2008 fueron más de 5 millones. Según la embajada india en España, alrededor de 50.000 españoles visitan India cada año, sobre todo en julio, agosto y octubre, una cifra que ha aumentado mucho en los últimos años. Con este creciente interés por el país, las agencias de viajes han multiplicado las posibilidades y ofrecen todo tipo de recorridos: viajes en grupo, individuales, rutas alternativas, meditación, fotografía, etcétera. Por una parte, son sobre todo personas por encima de los 40, hombres y mujeres con muchos viajes a sus espaldas y sin miedo. Normalmente es gente que ya ha viajado antes a India y quiere ir más allá. Por la otra, grupos de jóvenes en busca de aventuras. Solo una minoría viaja por su cuenta, bien por tener una relación especial con algún maestro o líder espiritual de India, o bien porque algún conocido ya les ha recomendado algún recorrido y saben lo que buscan.

Son consumidores de espiritualidad. Cuando ya se han empachado de hamburguesas y tienen su vida mas o menos estabilizada, se pagan (incluso a credito) un viaje para comprar una ración paz interior, como si aquí no la pudieran conseguir. La paz está dentro de uno mismo y no en "las indias de Colon", pero así pueden relatar a sus amigos (consumistas también ellos) las experiencias místicas que han vivido.
Es una gran experiencia anímica tener la comida en el hotel y el billete de regreso pagado, y ver como los pobres habitantes del país (que no todos) sufren de una miseria total. Para mi “no cuela” esta pseudo espiritualidad. Aquí hay suficientes carencias y oportunidades, que si se las aplicaran, también podrían llenarles espiritualmente, aunque esto no viste tanto de cara al público.
No estoy en contra de un viaje a India, ni mucho menos, pero que no me vengan con cuentos de espíritus ansiosos en busca de no sé qué…

En realidad se sienten satisfechos interiormente al poder comparar lo bien que viven aquí, en relación con los de alla. Este, para mí, es el verdadero ( e inconfesable) motivo del viaje, y esto duele reconocerlo.
Misticismo de plástico que pusieron de moda los Beatles, cuando ya estaban cansados de tanta popularidad. Los gurús espabilados y con visión comercial hicieron el resto.


Para encontrarse a si mismo sólo hay dos caminos. No moverse del lugar o viajar al infinito