NIEBLA INTERIOR

NIEBLA INTERIOR
Todos buscamos de una u otra manera que se disipe

domingo, 28 de agosto de 2011

Se marchan...

Lo hacen sin despedirse. Lo hacen antes de tiempo. Lo hacen cruelmente. Lo hacen llevándose algo de nuestro interior, intangible, pero más necesario y valioso que la propia carne. Y lo hacen todos a la vez para que el dolor sea más fuerte o acaso más soportable, pues con tanta reiteración no se puede acumular tanto. Y son amigos y viejos amigos y recordados amigos.

Hay épocas soleadas en las que brillan las tinieblas. La muerte previsible, que por serlo, no es menos dolorosa, te da un tiempo de acomodo para preparar la ausencia. El tránsito brutal e inesperado te deja indefenso. Y si es frecuente te deja indefenso y vacio.

Amigos de toda la vida. Mujeres y hombres desenfadados e irreverentes, con los que al vernos ya sabíamos lo que nos diríamos y lo que nos contestaríamos. Compañeros bribones de nuestro círculo de camaradas que nos lo perdonábamos todo. Lenguaje íntimo e ininteligible para los foráneos…pues esos son los que se van.
La verdad es que esta vez no sé si perdonarles el ultimo desmán.

Noël, mi amiga Noël. Mi profesora de francés. Tu brutal desaparición han sido los últimos deberes que me has puesto y que jamás podrás corregir. Aunque ya te dije que yo no podía hacer trabajos en casa. Al final me salí con la mía: que irónica es la vida.
Había feeling. Bueno, tú tenías feeling con todos. Nos vimos hace poco, muy poco, te acuerdas? Podrías haberme avisado que te irías. Ya he recibido el papel fotográfico que pedí y que tú querías ver. Ha perdido completamente el brillo Noël, aunque creo que tú te lo has llevado.

Pere, tú también te has ido sin avisar. Eras muy amigo de los bares. Te lo dije amigo. Pero tú siempre me convencías que no. Espero que donde estés haya Johnny Walker etiqueta negra. No tenías buena prensa, aunque yo te entendía perfectamente. Buscabas otro tipo de vida, como todos, pero a ti te gustaba huir hacia delante, dar saltos al vacio. En el fondo a mí también me gustaba, pero yo era más hipócrita que tu.

Jaume, lo tuyo ya se intuía, pero no tan pronto. Esta maldita dolencia de nombre alemán, que nos hace seniles antes de hora. Tú eras relativamente joven como la Noël, el Pere y si me dejas entrar, yo mismo. Tú pintabas y tus cuadros volaban hacia el mundo. Y el mundo los aplaudía. Te dije una vez que tu pintura era demasiado viva y tenía demasiada fuerza. Aquellos rojos y negros de tus pinturas de tierras calcinadas por el fuego no presagiaban nada bueno. Pero quedan. Y eso es bueno, muy bueno.

Sebastià, mi viejo colaborador. El hombre incansable. Yo me tengo por persona con capacidad de entender, pero tu esfuerzo diario en tu trabajo excedía mis límites de comprensión. Espero que descanses. Si alguien se lo merece, ese eres tú.

Josep Mª, despides a tu nonagenario padre y al cabo de cinco días vas y te reúnes con él. Tan elegante y serio que estabas en su despedida. Me decías que dolía la prevista separación pero que era ley de vida…pues menudas leyes tiene la vida.

Y algunos más, que por ser solo conocidos, no es menos sentida su rápida partida.

Quiero creer que solo ha sido un soplo huracanado y repentino de la propietaria de la guadaña. El panorama devastado ha sido amplio y dantesco. Dantesco, repentino y veloz, aunque sus secuelas perduraran hasta que perdamos la facultad de sentir.
Como llenar estos vacios si tenían su plaza en propiedad? Nadie substituye nunca a nadie.
Sabía que las noches de verano eran más amables que los días. Muy dolorosamente he tenido que comprobarlo.

Que frágil destino el nuestro
nacemos sin pedirlo
morimos sin quererlo.



miércoles, 10 de agosto de 2011

Ciertas noches de verano...

Jazz en la semioscuridad de una densa noche de verano. El aire inmóvil casi puede cortarse. Solamente lo cercena la cálida voz de una cantante de cristal, que parece que va a quebrarse por las vibraciones del contrabajo; dejar pasar el tiempo sin pensar y sin sentir. Solo estar, solo ser, solo percibir.
Aleluya de Leonard Cohen desgranado en cortas y rítmicas notas de jazz. Se crea complicidad con la música en estado puro. Es una comunión de almas heterogéneas que se homogeneízan con la música. Es quizás cuando todos se hacen cómplices de todos. Hay comunicación. También aislamiento, pero aislamiento compartido.
No puedo evitar pensar que la noche se terminara pronto y vendrá el luminoso día, que implacablemente me devolverá a la realidad. Las cosas se ven demasiado claras con la luz del sol. No hay misterio. No hay magia. No hay sueños ni ensueños.
Para los soñadores el sol es un adversario temible. Nos hace ver la vida tal como es y no como nosotros quisiéramos que fuese. Contrariamente, la noche es un lienzo negro en el que no se puede dibujar, solo imaginar nuestras utopías. No se ven, pero están allí aun más vivas que en la realidad diurna.
En otro atardecer de un día de celebración, con los cuerpos saturados de todo y desperdigados por el húmedo y herboso terreno, de repente suena música y una canción improvisada. Señal inequívoca que se acerca la noche. Ne me quitte pas de Jaques Brel. No me dejes... dice el cantante. ¿Cómo se puede dejar a alguien a la hora del crepúsculo, si posiblemente la noche lo devuelva con más fuerza?
Me gusta sentirme aislado de la multitud en ciertos momentos. Percibo que contaminarían mis pensamientos. Desconectado y creando mi mundo me siento bien. Estos únicos instantes solo me los puede conceder la noche.
Otra vez la semioscuridad con sus sensaciones perturbadoras. Lo son porque las creamos con nuestros sentimientos y la responsabilidad solamente es nuestra. Luego llega el día y juzga nuestros sueños.
Una antigua hacienda de un indiano, (nombre que recibían los españoles que hacían fortuna allende los mares, y que luego la dilapidaban aquí construyendo un mundo como el de alla) en una noche de agosto. Marco incomparable para imaginar hasta el infinito. Montserrat Caballé cantando Torna a Surriento sin micrófono y solamente un pianista.
Aquí los sensaciones se disparan. Un tropel de caballos desbocados que con su estampida te llevan hasta los confines de la locura. No existe nada ni nadie. Solo el firmamento. Nunca nadie ha necesitado menos que yo en aquellos momentos. Era vivir en sí. Era vida en estado simple.
Si pudiera ser algo inmaterial escogería ser música en una cálida y eterna noche de verano.
Mi amigo Gabriel y Galán ya me advertía que ciertas noches hacían de oro las almas.


Estiu 2011
Valls
(La Verneda)
Masmolets
(Masia de la Rosalia)
Cambrils (Parc Samà)