NIEBLA INTERIOR

NIEBLA INTERIOR
Todos buscamos de una u otra manera que se disipe

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Se de un lugar...


…en donde la paz del alma es total. En donde el sosiego es la luz del amanecer y la calma la serenidad de la noche. Yo se que en él, ocurren hechos irreales. No los he contemplado pero los presiento, del mismo modo que presentía el lugar, antes de haberlo conocido.
Sé que las afortunadas almas que van a reposar allí, no reposan perpetuamente, si no que viven eternamente. En donde la vida y la muerte son compañeras y amigas.
Sé (lo sé muy bien), que las raíces del árbol en simbiosis perfecta con la madre tierra, dejan pasar y escapar a través de sus hojas a los venturosos espíritus que la moran, para que contemplen cada día el amanecer. Cada beso del sol es un nacer y un morir.
En los inviernos blancos, las almas sepultadas bajo cientos de acres de nieve, se vuelven más puras. No hay lugar para el miedo, no hay lugar para el temor.
Le pregunté al viento de las cumbres, que hacer para poder concluir mi último viaje allí. Me contestó que el único requisito que necesitaba, era que la vida no me debiera nada, que estuviera en paz con ella.
Tremendo requerimiento. Abandonar la vida habiéndolo conseguido todo. Ahora entiendo porque el lugar es tan pequeño y tan pocos son sus moradores.
Como no reprocharle a la vida las ilusiones perdidas. Como no reprocharle los deseos no alcanzados. Como no recriminarle las veces que me ha roto el alma… que me ha apagado el ardiente corazón, con una cascada de frías aguas. Las angustias, los miedos, las quimeras, los amores…
Ahora creo que este lugar solo existe en mi imaginación. Es el mal de las alturas que diabólicamente se apoderó de mí, y que me hizo verlo sin que existiera realmente.
Hay la imagen captada por un artefacto tecnológico, que muestra que existe; pero presiento también, que el lugar sabe de hechizos, y hace delirar a las personas que están en perpetua búsqueda de la felicidad.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Espiral de sueños

Hay instantes en la vida de una persona, que parecen desprendidos de las páginas de un libro de cuentos. Momentos que solo creemos que existen en la imaginación, pero que resbalan del relato, caen al suelo y se hacen reales. Imágenes que toman cuerpo y vida.
Al atardecer, paseando por un húmedo bosque centroeuropeo, de repente tropecé con la imagen. Un flautista tangible, tocando para dos niñas de oro. No creía que fuera cierto. Tal fue mi turbación, que pase con total imperceptibilidad por el lugar, para no profanar el momento. Daba igual. Ni me apercibieron. El flautista desgranando una nostálgica melodía, mientras las ninfas doradas intentaban robar los reflejos del lago. Anduve , anduve y anduve, hasta que deje de oír los acordes. Luego al regreso, encontré el camino cuajado de reflejos abandonados (quizás eran para mí?)

Por la noche, en un viejo café de Zúrich, mientras escuchaba como un pianista de ébano arrancaba las notas de un añejo piano, pensé que quizás todo lo había soñado. O era entonces que estaba soñando?.
De repente me entro miedo. Creí que si el pianista dejaba de tocar, el instante se rompería en mil pedazos.
No pares pianista, no pares, que tienes mis sueños en tus manos. Sigue tocando pianista, sigue tocando hasta el confín de la noche, y si así lo haces pianista, quizás algún día (sólo quizás) te mostraré mi más oculto lugar de sosiego y quietud.

lunes, 14 de septiembre de 2009

REFLEXIONES ANTES DE UNA PARTIDA

Partir es morir un poco, dice el refrán. No estoy de acuerdo. Quizás antes en que los tiempos y las distancias eran dilatadas tenía algún significado, pero ahora no. Más bien creo que regresar es haber muerto un poco. Es haber consumido parte de la vida, y esta es limitada. Otra experiencia vivida, y otra menos que te queda para vivir. Aunque vivir es acumular experiencias.
Hablé con un amigo médico (mordaz él y quizás un poco vago), que me decía. Cuando nacemos se nos asigna un número determinado de latidos del corazón. Si hacemos ejercicio y lo aceleramos en realidad acortamos nuestra vida (jajaja… que ladino él). Se pasaba el día leyendo el periódico al lado de la piscina, mientras los demás se machacaban a brazadas olímpicas. En realidad era un señor encantador y que ya estaba de vuelta de todo.
También los grandes terratenientes mallorquines de principios de siglo XX, decían que viajar es gastar el patrimonio propio, para ir a ver el de los demás. Brillante reflexión. A veces me sorprende como el hombre, a podido sobrevivir a sí mismo. Se supone que a una isla se debe ir viajando, pero este es otro asunto.
En fin, esperando la hora de partir, en un tiempo muerto, por culpa de haberlo hecho y preparado todo antes. Unos lo dejan todo para última hora, y otros dejan para última hora la espera de la partida. No sé que es mejor o peor. Aunque seguro que todos olvidan algo
Una canción dice:
Volver para que, para sentir otra vez, que se desboca tu ausencia , dormida en mis venas, guardada en mi piel, para que duela tu ausencia, entonces a que volver?

(dita sea, la máquina de afeitar…me voy)

miércoles, 9 de septiembre de 2009

DUDAS Y CERTEZAS



EXTERIORMENTE IGUALES
INTERIORMENTE DIFERENTES


Uno de los personajes de Mafalda más comprendidos por mi era Felipe. Felipito para sus amigos, aunque debería llamarse don Felipe, por su gran madurez infantil. Tal era su conocimiento, que ya era auto exigente en su niñez. Pobre Felipe. La que le esperaba en su existencia. Padecía continuamente por las cosas que debía hacer y no hacia. Estaba en continua confrontación consigo mismo. En un momento determinado llego a decir en el colmo de su clarividencia. “Porque justo a mí, me ha tocado ser como yo”. Demoledora reflexión (la cual he hecho mía) que puede condicionar la manera de actuar, en toda la vida de una persona (yo en primera fila)
Porque aunque no lo queramos comprender, en realidad somos dos en uno. Si fuésemos una sola persona en un solo pensamiento, lo que no hiciéramos o lo hiciéramos mal, no nos lo reprocharíamos. Somos la conciencia y la persona. Parece una simpleza, pero una no tiene nada que ver con la otra. La persona propone y actúa (o no) y la conciencia enjuicia y reprocha.
Como acallar a esta incómoda voz ? Si lo supiera no escribiría estas palabras. Leí que era algo orgánico y somático. Tiene mucho que ver con las pulsaciones y con la actividad cerebral.
Una persona totalmente racional, que a través del tablero de mandos de su cerebro, pudiera dominar el resto del organismo, podríamos decir que sería tecnológicamente feliz. Una felicidad matemática. Sin sentimientos que le hicieran dudar y sufrir…vaya que digo, sin sentimientos…y feliz ? Que duda…bueno ya empezamos otra vez. Porque justo a mí, me ha tocado ser como yo?.
En realidad esta reflexión se la podría hacer también, una amiga mía de la noche, que se propone continuamente reducir horas oscuras pero amenas, y cambiarlas por horas de luz, ordenadas y metódicas
.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Un verano mas o un verano menos



Podrían decirse tantas palabras sobre estas dos imágenes. Tantas como para llenar el mismo océano. Aunque lo único que cuenta es el espacio de tiempo transcurrido entre ellas. Una vida, toda una vida.
Pero una vida única e irrepetible, personal e intransferible (dichosos formalismos) . Quizás compartida, quizás entregada, quizás robada, pero siempre vivida e irrepetible. Ni un solo momento de ella regresara. Es como si estas olas fueran borrando cada instante pasado… y en verdad que lo hacen.

No podemos poner muros al mar, lo que si que podemos conseguir , es que el mar arrebate nuestros instantes sin arrepentirnos de haber vivido ninguno de ellos, en tanto esperamos a la gran ola que nos lleve con ella.