Contra todo pronóstico, contra todas las leyes de la naturaleza, este céfiro, a veces suspira frialdad.
A mí no me extraña.¿ Para que sorprenderse, si a veces las cosas no son como deben ser ?.
¿Y cómo deben ser las cosas?. ¿Debemos ser uniformes, debemos regirnos todos y siempre por el mismo patrón?
Gracias cálida brisa, por ser tan afín a mí sentir. Si pudiera, te elegiría como eterna compañera para que me ayudaras a volar a contracorriente y que con tu desacostumbrado y gélido aliento, torcieras todo el orden en mil direcciones.
Sé que tendrías muchos seguidores, dentro de tus remolinos. Percibo a una amiga de las brumosas tierras celtas, que se ataría a uno de tus torbellinos, para que la arrastraras hacia el muy oculto reino de sus deseos, siempre diferentes, siempre contradictorios, siempre esperanzadores.
Pero, ¿cómo romper las ataduras? Es fácil desearlo, pero difícil hacerlo. Tenemos el lastre de nuestra condición y aunque tu fuerza es poderosa, quizás no puedas quebrar tan fuertes y pesadas cadenas.
Gracias de todas maneras, viento del sur, lejano amigo, por darnos esperanzas y poder pensar que un día te henchirás como el más poderoso ciclón, y despedazarás en infinitos pedazos las losas que nos aplastan, y no dejan que te sigamos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Muchas, muchas noches y algunas mañanas, he sentido a ese viento llamarme, tocarme un momento incluso, acariciarme un instante.
Sé que solo es cuestión de... dejarse llevar por él para hallar...lo que sea que tengamos que hallar, que estoy segura un día encontraremos, porque habremos aprendido a fluir con la naturaleza.
Publicar un comentario