NIEBLA INTERIOR

NIEBLA INTERIOR
Todos buscamos de una u otra manera que se disipe

viernes, 2 de octubre de 2009

HIELOS, SIGLOS Y ALMAS


Hay dos seres que han decidido compartir su vida en el hielo milenario.
¿Qué empeño les ha inducido a hacerlo? Tengo la leve sospecha, que es para que se conserve inalterada su atracción, su sentir, su proximidad y su deseo. Son valientes, obcecadamente osados y seguros; como su amado témpano.
En las largas noches de invierno, a miles de metros de altura ¿cómo debe ser su convivencia? Dos cuerpos en uno, hasta tal punto que los latidos de sus corazones se acompasen y solamente se escuche uno, fundiéndose y cristalizando ambos en un translucido ser. ¡Dios mío! creo que cuando se habla de la utopía del cielo, debe referirse a ese momento. Qué valor pueden tener las cosas temporales, para estos dos ángeles de las frías alturas.
Torbellinos de pensamientos son los que me asaltan, cuando descubro estas realidades. Envidia tengo de su condición, y tristeza hallo, en mi rutinario y abúlico bienestar.
Pensé en preguntarles cientos de cosas, pero desistí. No quise destruir su sentir, con estúpidas preguntas mundanas, que ni ellos comprenderían ni yo entendería.
También sospecho, mejor dicho, lo sé cierto, que si un día descubren que comienza a apagarse su deseo, se fundirán en un último abrazo y pasaran a formar parte eternamente, de su amado y gélido paraíso.

1 comentario:

esperanza dijo...

Un día todo cambió. El sol se olvidó de ponerse al atardecer durante días y estos seres desprendieron tanto calor mientras se amaban y tanto lloraron que el hielo ayudado por el sol y por su llanto se fundió. Viajaron por muchos ríos hasta llegar al mar y arribar a una playa muy especial. Descubrieron que ese sol da color a la vida, ayuda a crecer a los seres vivos,y produce perfectos cuadros dos veces a día. Ya no quisieron dejar de sentir nunca su calor. Caminaron juntos de la mano en una misma dirección. Escucharon el rápido latir de sus dos corazones a juntarse y como se apodera de ellos la calma al separarse. Aprendieron a estar juntos solo cuando así lo desean. Y a detener el tiempo a voluntad.